
La resistencia nacionalista argelina en contra de la ocupación francesa volvió a fortalecerse en los años ´20 del siglo XX, alternando la lucha legal con la clandestina y en el sur, la guerra abierta de mantuvo hasta 1934. Esos movimientos se prolongaron al precio de múltiples prisiones, torturas y exilios, hasta explotar en 1945, cuando se producen los consabidos festejos por la derrota del nazi-fascismo se transformaron en una rebelión popular que fue reprimida de una forma violenta y sangrienta: murieron aproximadamente 45.000 argelinos y 108 europeos -en esa desproporción-, según el informe oficial francés...

Poco después se reestructuró el Partido del Pueblo Argelino, que había sido fundado en 1937. Se transformó, entonces, en Movimiento por el Triunfo de las Libertades Democráticas (MTLD), que participó en las elecciones organizadas por los colonialistas franceses en 1948 y en 1951.

Pero, convencidos de la inutilidad de la vía electoral, neve jefes de la Organización Especial (OS), rama militar del MTLD, fundaron el Comité Revolucionario por la Unidad y la Acción (CRUA), que el 1º de noviembre de 1954 se transformará en el Frente de liberación nacional que iniciará la lucha armada.

Pese a la atrocidad enfermiza de la represión -que incluyó el uso sistemático de la tortura, la destrucción de ocho mil aldeas, la muerte de más de un millón de civiles y el despliegue perverso de más de quinientos mil soldados movilizados para defender la "Argelia francesa" y a los "pied-noirs"- la combatividad del pueblo argelino obligó al gobierno metropolitano a reconocer sus derechos. El 18 de marzo de 1962, el general Charles de Gaulle firmó los acuerdos de Evian que establecían un alto el fuego y la realización de un plebiscito de autodeterminación.

Finalmente, la independencia de Argelia fue consagrada el 5 de julio de 1962 y antes de fin de año se realizaron las elecciones para la Asamblea Constituyente y Ahmed Ben Bella fue designado primer ministro. Las tareas del nuevo gobierno eran enormes.

Ciento cincuenta mil campesinos no tenían tierra ni comida; seiscientos mil franceses habían abandonado el país, llevándose todo lo que pudieron, mientras medio millón de argelinos volvieron del exilio a un territorio arrasado. Se introdujo el sistema de autogestión en la agricultura y en la industria, innovación que despertó gran interés entre los diferentes movimientos de liberación africanos que en la década del ´60 ya estaban en plena lucha contra el colonialismo. Casi todas las empresas extranjeras fueron nacionalizadas, pero el novísimo aparato estatal era incapaz de atender todas las necesidades de un país en reconstrucción.