Quantcast
Channel: PROFESOR DANIEL ALBERTO CHIARENZA
Viewing all articles
Browse latest Browse all 1095

26 DE MAYO DE 1989: SAQUEOS EN EL GRAN BUENOS AIRES, CÓRDOBA, ROSARIO, SANTA FE, ETC.

$
0
0
Estallido social que comienza a fines de febrero 
y culmina con los saqueos de mayo de 1989.

Tras el fracaso del Plan Austral, en agosto de 1988 el gobierno lanzó el plan “Primavera”, para llegar a las elecciones nacionales, propuestas con mucha antelación a la entrega del mandato con el deliberado propósito de que para entonces tendrían la inflación controlada. Esta vez el congelamiento de tarifas, salarios y precios no tuvo el aval de la población ni tampoco del exterior. Según El tibiecito de Luis Alberto Romero, Domingo Cavallo había recomendado al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI) que limitaran sus créditos al gobierno argentino (Romero, 1994).

El equipo económico de Alfonsín encabezado por Juan Sourrouille, José Machinea, Adolfo Canitrot y Mario Brodersohn lanzaba el Plan Primavera. 

Con la devaluación del peso en febrero –“golpe de mercado” impulsado por la banca extranjera con sede en el país (Gambina y Campione, 2002)-, la carrera de los precios fue infernal, y la economía se descontroló. Después de largos períodos de alta inflación, se había llegado a la hiperinflación, donde los precios se remarcaban todos los días e incluso dos veces por día: sólo durante el mes de julio se registró una inflación de casi el 200%.

A fines de febrero, Juan Carlos Pugliese reemplazó a Sourrouille; a la semana el dólar llegó a los cincuenta australes y más adelante -en el marco de un mercado cambiario libre y único- aumentó a noventa. En un escenario de remarcaciones de precios casi diarias y de desabastecimiento, la inflación de abril fue del 33,4%.

El 14 de mayo de 1989 se realizan las elecciones nacionales. Menem –que le ha ganado la interna del Partido Justicialista a Antonio Cafiero, en julio del 88- derrota al candidato radical, Angeloz. La situación económico-social es caótica. Sobre todo el proceso hiperinflacionario de fines de mayo cuyas manifestaciones más dramáticas fueron la especulación financiera, las corridas bancarias y los estallidos sociales.

En las elecciones del 14 de mayo de 1989, el neoliberal Menem (disfrazado de peronista) se consagra presidente de la Nación.

El dinero se licúa en las manos de los argentinos. “Aumenta vertiginosamente la marginalidad social, que desemboca en fenómenos inéditos en la Argentina moderna: saqueos de alimentos en supermercados y ollas populares en cientos de barrios pobres, no ya como señal de protesta sino para combatir el hambre. La respuesta emergente del gobierno fue la represión: se decreta el estado de sitio”.

Tras la situación caótica que generan los saqueos y las ollas populares por todas partes, Alfonsín decreta el estado de sitio.

Es estrictamente cierto, existieron saqueos de almacenes y supermercados por parte de la gente que estaba al borde del hambre y por otra que aprovechaba la situación, estimulados por opositores –se sospecharía de una de las tantas maniobras mafiosas de quien en unos días sería el vicepresidente- que querían provocar una imagen caótica.

Imágenes de Rosario, zona de la estación. El país estaba sumergido en la hiperinflación, desocupación y marginalidad, pero muchos saqueadores no eran famélicos.

“El 1º de junio, Ricardo Gil Lavedra, secretario del Interior, informó que se habían computado 14 muertos [en los saqueos]: siete en Buenos Aires, seis en Santa Fe y uno en Tucumán, y 80 heridos”.

La mitológica revista "Humor", con causticidad 
reflejando la realidad de esos días.

En junio, el dólar llega a valer 380 australes, en julio llega a 580 australes. La autoridad presidencial ya no existe. El 8 de julio de 1989, Alfonsín entrega el poder anticipadamente –seis meses antes que terminara el mandato constitucional- al presidente electo ya que estima que no podrá esperar hasta el 10 de diciembre: era un plazo demasiado largo, y ya se había afectado la credibilidad del equipo económico, sucediéndose varios ministros sin éxito.

Raúl Alfonsín colocando la banda presidencial a Carlos Menem en aquel infausto día.

El mal recuerdo de esta situación angustiosa para la sociedad argentina, fue usado durante toda la década siguiente como disciplinamiento social, a fin de que el pueblo acepte, por temor al caos, ajustes impopulares marcados por la adopción del neoliberalismo como política de Estado cumpliendo los designios del Consenso de Washington.

Algunas de las medidas impopulares en lo económico impuestas en los años siguientes por Menem.

La experiencia de un gobierno sustentado en sectores medios ha sido frustrante. Aquello que se había iniciado audazmente con el Juicio a las Juntas Militares y que parecía poder convertirse en el Tercer movimiento histórico, ha concluido en la entrega anticipada del poder confesando su imposibilidad de continuar gobernando. La Historia venía a demostrar que el funcionamiento de las reglas formales de la democracia no resulta suficiente para “comer, curar y educar”, como lo había predicado Alfonsín. Eran necesarias transformaciones muy profundas y para ello se requería no sólo un proyecto claro sino también la fuerza política para concretarlo. Allí fracasó el alfonsinismo, pero como lo anterior habían sido “los años de plomo” y lo posterior será la catástrofe menemista, la valoración histórica de este período se vio favorecida en la comparación.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 1095

Trending Articles