Emilio Fermín Mignone (1922-1998). Abogado, educador
y defensor de los Derechos Humanos.
Nació en Luján. Su madre era docente y su padre comerciante. Ascendencia española e italiana, matrimonio con cinco hijos: Emilio y Raquel –los mayores, mellizos-, Carlos y Eduardo –mellizos- y, la menor, Analía.
El primario en una escuela pública, el secundario en el Colegio Nuestra Señora de Luján. Visitante diario de la biblioteca Florentino Ameghino. Defensor del nacionalismo católico y de Acción Católico. Escribió: “Luján es un símbolo de la tradición argentina: de nuestra única y esencial tradición. En Luján se confunde en una sola divisa la fe católica y el amor a la tierra…”.
Como dirigente de la Juventud de Acción Católica creó el periódico Antorcha. En 1946, candidato a diputado provincial por la Alianza Libertadora Nacionalista. Emilio se identificaba con el catolicismo integrista del Papa Pío XI. Es amigo del padre Manuel Moledo a quien le escribe en referencia a Sábato y al Nunca Más: “Ha sido un agnóstico, para vergüenza de la jerarquía eclesiástica, el que ha tenido que explicar que no hay crímenes condenables –los de la guerrilla- y crímenes aceptables –los de las fuerzas armadas- mientras que los ‘maestros de la verdad’ actúan como funcionario del estado”. Esta idea será la que impulse su trabajo “Iglesia y dictadura”.
Se recibe de abogado (1949), se casa con Angélica Soca (Chela), quienes tienen cinco hijos: Isabel, Mónica y Mercedes, Fernando y Javier. Director de Enseñanza del gobierno de Domingo Mercante en la provincia de Buenos Aires. Arturo Sampay “padre de la Constitución del ‘49” se convierte en su influencia intelectual más fuerte. No tenía formación pedagógica “Aprendí esta materia en los libros de mi madre que era maestra normal”.
Durante su gestión se redacta el primer Estatuto del Docente, se modifica la ley de Educación Primaria –vigente desde 1885- decidiendo primero inferior de superior. Se cambian planes de estudios y figura en la Constitución provincial de 1950 la enseñanza religiosa. Con alejamiento de Mercante, se va Mignone.
Durante el enfrentamiento entre Perón y la Iglesia participa del movimiento civil opositor. Dirige el periódico La Voz de Luján, allí denuncia los fusilamientos del ’56.
En los ’60 Mignone se cuestiona los postulados nacionalistas, interpelado por el Concilio Vaticano II transforma su mirada hacia la realidad influenciado por el jesuita Jean Calvez.
Del ’62 al ’67 Mignone y su familia residen en EE.UU. por una beca de la OEA. Tiene la posibilidad de viajar por toda América Latina. Regresa, el gobierno de Onganía le ofrece ser técnico en el Consejo Nacional de Desarrollo para escribir planes de educación. Dicen “Pensó que podía hacer algo útil para el país como técnico… También lo hizo porque quería que sus hijos se educaran en la Argentina”.
En 1969 es nombrado Subsecretario de Educación. Implementa el Proyecto Trece que establecía la enseñanza por tiempo completo. Cuando asume Lanusse abandona su cargo.
Con el retorno del peronismo (1973) es nombrado Rector de la Universidad de Luján, se contempla la inclusión de trabajadores. Junto a la militancia social de su hija Mónica, comienza a colaborar con la villa de Bajo Flores.
En 1976 desaparece trágicamente Mónica, siendo llevada por el Ejército. Mónica tenía 24 años cuando fue detenida y las fuerzas que la secuestraron negaron su participación. Se supo que en la ESMA la torturaron y la vejaron, posiblemente la hayan arrojado al mar.
Emilio y Chela, desde su convicción católica, consideraban que la única forma de detener la matanza era con un claro posicionamiento de la Iglesia en favor de las víctimas del terrorismo de Estado.
En agosto de 1976 Emilio se entrevista con una funcionaria de la embajada estadounidense, Ivonne Thayer.
Cuando decayó la esperanza en la Iglesia, Emilio y Chela buscaron el único camino posible: la reivindicación a ultranza de los derechos humanos, que los llevó a fundar el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en 1978. Además Mignone asume como vicepresidente de la Asamblea permanente por los Derechos Humanos de Buenos Aires.
Denunciaron lo que ocurría por todo el mundo: Amnesty, 1976; Asociación del Foro de Nueva York, 1978; Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 1979. Llegaron a encarcelar a toda la dirección del CELS y por presión de la opinión pública fueron liberados.
Ya en democracia apoya al Juicio a las Juntas y se opone a la Obediencia Debida y Punto Final como también al Indulto, impulsados por Alfonsín y Menem.
Retomando su tarea educativa es nombrado presidente del CONEAU (Consejo Nacional de Evaluación Universal) e incorporado a la Academia Nacional de Educación.
Su obra “Iglesia y Dictadura. El papel de la Iglesia a la luz de sus relaciones con el régimen militar” (1986), es un hito en las investigaciones sobre esta problemática.
En esta obra plantea la necesidad de la supresión del clero castrense, denuncia la complicidad del episcopado argentino como así también la de los nuncios apostólicos y el rol de la diplomacia papal, con el terrorismo de Estado. Recata al movimiento tercermundista, los curas villeros, los obispos disidentes y los laicos comprometidos.
Por su trabajo y compromiso recibe diversos reconocimientos internacionales, tales como el Premio de Derechos Humanos Letelier-Moffit del Institute for Policy Studies en Washington; el Premio Roger E. Joseph Award otorgado por el Hebrew Union College en New York y el Premio Derechos Humanos otorgado por el Lawyers Committe for Human Rights de Nueva York.
Muere a los 76 años, el 21 de diciembre de 1998.