Para García Mellid, aunque no logre plasmarlo claramente:
"el pueblo es el sujeto y protagonista de la historia".
Nació en Buenos Aires. Como la mayor parte de los hombres de su generación, se formó ideológicamente en la concepción liberal predominante. Desde muy joven manifestó inquietudes literarias que concretó en 1924 con su primer libro “El templo de cristal” (poemas). Luego, en 1925 publicó “Los poemas del mar y la estrella” y “La torre del paisaje” (en 1931), también dentro del género poético. Su preocupación por lo social comenzó a manifestarse en su libro “Firpo y la grandeza nacional”. Probablemente, el golpe militar del treinta acentuó su inquietud política y prevaleciendo su espíritu crítico sobre las enseñanzas liberales recibidas en el colegio, comprendió el fenómeno yrigoyenista y se sumó entonces al radicalismo. Más tarde, a mediados de la década del treinta, fue uno de los integrantes más entusiastas de FORJA y tuvo a su cargo la responsabilidad de la difusión de los cuadernos de la agrupación. En esa lucha forjista, algunos resabios de la vieja enseñanza lo colocaron en colisión con Scalabrini Ortiz quien más de una vez lo juzgó “demasiado liberal” y hasta “probritánico”.
En esa época, García Mellid comienza a incursionar en el revisionismo histórico, aprendido en FORJA, y publica “Montoneras y caudillos en la historia argentina”, Buenos Aires, EUDEBA, 1985.
Producido el 17 de Octubre de 1945, se vuelca al peronismo. En esos años, se consolida como ensayista e historiador: “Dimensión espiritual de la revolución argentina” (1948), y poco después “La crisis política contemporánea”. Ya decididamente en el campo del revisionismo histórico se desplaza hacia posiciones fuertemente antiliberales que lo acercan a una concepción nacionalista católica: “La constitución cristiana de los Estados” y “Explicación del comunismo”. Después del año 1955, en plena resistencia peronista, lanza su libro “Proceso al liberalismo argentino” (1957), ensayo que constituye una fuerte crítica al liberalismo oligárquico pero en el cual se observan ya algunos ribetes nacionalistas de derecha.
Dice de él Marcelo Sánchez Sorondo, tratando de defender su postura intelectual: “En cabeza de Perón y a través del peronismo la prédica nacionalista se convirtió en doctrina nacional. Todo el país políticamente mensurable, se reconoce desde entonces en ese espejo que algunos pretenden fragmentar. Por la ancha convicción del pueblo, nuestro país descubre que es nacionalista con San Martín, Rosas y Perón”; posición, por cierto, muy cercana a una interpretación fascista, por más que trate de mistificar enmascarado en estas características la palabra pueblo y lo popular.
En ese período de su vida, viaja a diversos países dando conferencias sobre temas historiográficos, tanto en Europa como en América Latina. En uno de ellos, después de una disertación en Asunción del Paraguay, le proponen un ensayo sobre la historia de ese país. A partir de allí, García Mellid visita archivos y bibliotecas y durante largos meses trabaja en la obra que aparecerá en 1964 bajo el título “Proceso a los falsificadores de la historia del Paraguay”. En dicho libro, reivindica la labor progresista realizada por los gobiernos paraguayos hasta que la Guerra de la Triple Alianza destruye a aquel Paraguay que era el país más adelantado de América Latina hacia 1865. Este ensayo se constituye en un aporte valiosísimo a la comprensión de la tragedia, verdadero genocidio que hundió al Paraguay en el atraso y la sumisión semicolonial y resulta la obra más importante de García Mellid, que al igual que todos los reivindicadores del Paraguay de los López –desde Alberdi a León Pomer- son silenciados por la prensa y las Academias.
En sus últimos años, García Mellid se desplaza hacia posiciones de derecha, como si su crítica al liberalismo la condujese al error simétrico: el nacionalismo católico que hace eje en el anticomunismo y culmina haciendo el juego al imperialismo. Pero más allá de esa grave defección, ha dejado valiosos ensayos y por ellos ha sido condenado al silenciamiento.
Falleció el 11 de enero de 1972.