Leopoldo, con pocas palabras pero mucha emoción dijo "Estoy con mi orquesta y ellos no son mis músicos son mis hermanos, compañeros de toda la vida".
Bandoneonista, director, compositor y arreglador nacido en el barrio de Once, en la Ciudad de Buenos Aires, el 12 de enero de 1927.
Uno de los grandes bandoneonistas del tango, que supo despegarse de sus influencias mayores: Aníbal Troilo primero y Astor Piazzolla después, para lograr un registro singularmente brillante.
Para Horacio Ferrer: “Leopoldo de su jerarquía instrumental son la naturaleza de su sonido, purísimo, eminentemente bandoneonístico –que en su madurez, ofrece calidades de timbre y color desconocidas en la historia del instrumento- y su absoluto dominio de la realización técnica […].
“La emoción, la limpieza, la fuerza y la brillantez con las que, abriendo o cerrando su bandoneón, recorta los solos fraseados, melódicos o en acorde, están plenamente reflejadas en pasajes de Danzarín, Decarísimo (con orquesta propia), El Marne (con orquesta de Atilio Stampone, disco Odeón, una versión de dos bandoneones con Piazzolla en el Octeto Buenos Aires, disco Disc Jockey), La cumparsita y Taconeando (con el cuarteto Pa’ que bailen los muchachos, disco Víctor), Amurado y De vuelta al bulín (con el cuarteto San Telmo)”.
Federico estudió con Félix Lipesker y con Francisco Requena y se inició en 1944 con la orquesta Di Adamo-Flores en el Tabarís. Luego pasó por varios conjuntos orquestales de primer nivel, entre ellos los de Juan Carlos Cobián –con el que hizo sus primeros trabajos en 1944-, Víctor D’Amario, Alfredo Gobbi, Osmar Maderna –convocado por éste en 1946, como primer bandoneón-, Emilio Balcarce, Osvaldo Manzi, Héctor Stamponi, Miguel Caló, Mariano Mores, Carlos Di Sarli y la del cantor Alberto Marino.
De 1950 a 1952 fue el primer bandoneón de la orquesta de Horacio Salgán, y en 1953 formó su primer conjunto propio, cuya dirección compartía con Atilio Stampone –graban con los cantores Antonio Rodríguez Lesende y Carlos Fabri, los temas: Tierritay Criolla linda-.
Luego ingresó en la orquesta de Héctor Artola y más tarde con la Atilio Stampone hasta que fue requerido por Astor Piazzolla para integrar el legendario Octeto Buenos Aires. A partir de 1959 se convierte en el director y arreglador del elenco que acompañó Julio Sosa hasta su muerte en 1964, logrando que, sin descuidar la relevancia otorgada al actor, se destacara la orquesta por la fuerza, firmeza y brillantez.
Con el cantor uruguayo grabó 64 temas para el sello CBS y Columbia Records. Los más grandes éxitos fueron: Cambalache, Mano a mano, Nada, El Firulete, Qué me van a hablar de amor, En esta tarde gris, Uno, Rencor y una original versión de La Cumparsita.
Su orquesta ha dejado varias grabaciones notables, como las de Norteño (de Emilio Balcarce), Fibroso (de Teodoro Castro) y su propio tema Cautivante y Margarita de Agosto de Raúl Garello. También formó parte del Cuarteto San Telmo con el guitarrista Roberto Grela, con quien dejó versiones de Guardia Vieja, de Caro, El Motivo y Los mareados, de Cobián; formó dúo con el guitarrista y un trío con Osvaldo Berlingieri, con quien ha dejado una magnífica versión de La última cita, de Agustín Bardi. Con su orquesta, ha realizado numerosas giras por Europa y Japón.
Federico fue el autor de los temas: Cabulero, Sentimental y Canyengue, Bandola zurdo, Capricho otoñal, Milonguero de hoy, Preludio nochero, Diagonal gris, Pájaro cantor, entre otras composiciones.
En el 2000 nace su primer bisnieto Lautaro, un año después, el segundo: Elías. El 24 de diciembre de 2003 falleció su hijo por problemas hepáticos. En 2005 su Orquesta obtuvo el Premio Konex de Platino como el más relevante Conjunto de Tango de la década en Argentina. En 2015 obtuvo el Diploma al Mérito Konex postmortem.
El 11 de diciembre de 2012 la Cámara de Diputados de la Nación y el Centro de Estudios de los Intereses Nacionales (CEIN) le entregaron una distinción por su trayectoria.
Tenía 87 años, seguía al frente de la Asociación Argentina de Intérpretes y quería seguir tocando el fueye con su orquesta típica. Su cuerpo dijo basta tras más de una década de dolencias físicas.