El ministro Alfonso Prat Gay -quien al escribir esta nota hace unos días que ya no está en su cargo y aún se está esperando la prometida “lluvia de dólares”-, sostuvo en diciembre (2015) que en un mes el shock de confianza en el nuevo gobierno se vería reflejado con el ingreso de entre 15 mil millones
y hasta 25 mil millones de dólares.
El ministro Alfonso Prat Gay -quien al escribir esta nota hace unos días que ya no está en su cargo y aún se está esperando la prometida “lluvia de dólares”-, sostuvo en diciembre (2015) que en un mes el shock de confianza en el nuevo gobierno se vería reflejado con el ingreso de entre 15 mil millones y hasta 25 mil millones de dólares. Estuvo lejos de ocurrir.
El ministro Prat Gay el 16 de diciembre (2015) hizo el anuncio de la apertura del mercado cambiario, que conseguiría de 15 mil millones a 25 mil millones de dólares en cuatro semanas: “Con este flujo nos sentimos seguros para dejar atrás el cepo”. El monto que ingresó al cumplirse un mes del anuncio es muy inferior al soñado. Los agroexportadores liquidaron la mitad de lo acordado, y la banca internacional no realizó los desembolsos de capital en el plazo pactado con Prat Gay ni llovieron los dólares de inversión extranjera directa que aseguró el ministro. Son todas promesas ad libitum (diría algún músico). El error de cálculo se transparentó con la colocación de Bonar 2020, en la cual el mercado decidió dejar desierta la licitación, es decir que no ingresó ni un solo billete, y el Gobierno esperaba embolsar unos 5 mil millones.
En el paquete de 15 mil millones a 25 mil millones de dólares que el ministro garantizó su ingreso en menos de un mes, los dólares de la liquidación de la cosecha de la soja y cereales eran centrales. “En primer lugar tenemos un acuerdo con todo el sector de empresas cerealeras que se han comprometido a liquidar a partir de mañana (17 de diciembre) 400 millones de dólares por día durante las próximas tres semanas. Para que se entienda bien esto implica un flujo de 2000 millones de dólares por semana, cuando se venían liquidando 100 millones semanales. Les va a sorprender mucho más la oferta que la demanda de dólares”, afirmó en aquella conferencia de prensa del 16 de diciembre. Los 400 millones diarios de la liquidación, que se hubiesen arreglado con el complejo agropecuario, se convirtieron en menos de 200 millones, ni el 50% de lo prometido, acumulando 2500 millones de U$A.
El exjefe de Monedas del JP Morgan (Alfonso) dijo que muchos empresarios de afuera estaban dispuestos a colaborar adelantando el ingreso de capitales para inversiones. “(En el paquete de 15 a 25 mil millones de dólares) está también incluido la buena predisposición de algunos empresarios. Se van sumando empresarios que nos dijeron que si ya están las cerealeras comprometidas yo también puedo adelantar dólares, que de cualquier manera iba a traer. Pero en vez de traerlos a lo largo de un año los traigo en un mes”. Hasta allí, no hubo ninguna inversión extranjera directa importante, más allá de anuncios de FIAT, de American Energy o de Coca-Cola, que jamás entraron a las reservas y recién estarían disponibles a lo largo de 2016.
En ese paquete de 25 mil millones que el Gobierno pensaba ingresar a las reservas contó con la colocación de nueva deuda en grandes bancos del mundo. “También está el préstamo que está negociando el Banco Central a través de ofrecer como garantía parte de sus activos a cambio de dólares en efectivo. Eso creemos que va a estar listo en los próximos 10 días. Estamos seguros que vamos a obtener un número por arriba de los 5 mil millones de dólares”. La estrategia de endeudamiento requirió la transformación de las Letras Intransferibles del Tesoro computadas entre los activos del Central por un título que el BCRA puede ofrecer en el mercado a cambio de dólares. Esto se realizó pero la banca internacional nunca colocó en el plazo de las cuatro semanas la deuda prometida. Recién esta semana, según Prat Gay, podría haber novedades en el endeudamiento.
Pero, Prat Gay sumó, para armar el paquete de divisas que ingresarían a la economía en menos de un mes, la conversión de parte del swap con China a dólar, que no es una entrada nueva de recursos, y permite comenzar a usar el activo con fines comerciales. “Vamos a transformar parte de los yuanes que tiene el Central en su patrimonio”, dijo el ministro. Esta conversión se hizo por un valor de 3000 millones de dólares, aceptando pagar una tasa de dos dígitos por la activación del swap, y fue el único punto en el que las promesas de Prat Gay sobre los dólares no fracasaron, aprovechando el trabajo hecho por la conducción kirchnerista del BCRA.