El "Che" Guevara y los guerrilleros de Ñancahuazú, Bolivia.
Llegado el Che, uno tras otro, los grupos de la izquierda boliviana y el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) rehúsan ingresar como tales al foco guerrillero, en una serie de entrevistas que Guevara –caracterizado como Mena, funcionario de la OEA- va teniendo con los dirigentes en La Paz y otros puntos en Bolivia. Esos grupos dejarán en libertad a sus afiliados, como lo hace el Partido Comunista (PC), o simplemente, lo desvincularán si entran en la guerrilla, como advierte el MNR por boca de Paz Estenssoro. En diciembre, cuando se establece con los Peredo y sus sesenta hombres en Ñancahuazú, Guevara sabe que el apoyo urbano no vendrá, pero sigue adelante. En la noche del Año Nuevo es el propio Mario Monje, secretario general del PC, quien le confirma ese desembarco; al no aceptar el Che las condiciones de Monje (dirección política y militar en manos del secretario general), el partido no puede respaldar la guerrilla.
El caradura de Mario Monje, quien pretendía la conducción de la guerrilla, reunido con el Che.
Juan Lechín y su FSTMB (Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia) no han aceptado la proposición guerrillera; el MNR, por boca de sus dirigentes clandestinos en La Paz, tampoco; los trotskistas de Guillermo Lora están divididos, pero no anuncian apoyo oficial, ahora, el PC –empeñado en una estrategia frentista de unidad con los sectores burgueses opositores- también se rehúsa, al fracasar su tentativa de contralor absoluto (Guevara la ha rechazado, porque tiene la triste experiencia de la explotación política que el PC venezolano ha hecho de la guerrilla, utilizándola en el flujo de sus maniobras políticas). Sólo están, para empezar la increíble tarea, los Peredo, algunos jóvenes disidentes de la Juventud Comunista, algunos mineros de los sectores trotskistas y pro chinos que dirige Moisés Guevara, y los cuadros cubanos venidos con el Che.
Osvaldo Chato Peredo, sucesor del Inti.
Esa noche de Año Nuevo, cuando Monje se retira del campamento de Ñancahuazú, todavía hay tiempo de suspender los planes, revisar la situación y examinar las alianzas. Pero Guevara, simplemente, anota la conversación en su “Diario” y sigue adelante, aunque no puede escapar a su perspicacia que la tragedia va armándose sobre su cabeza. Solos, los guerrilleros inician su marcha, en una etapa de exploración y establecimiento de bases donde está proscrito presentar batalla a los soldados. Todavía hay mochilas con latas de conserva, botas en buen estado, medicamentos, salud física. Existen escasos o nulos contactos con las ciudades y tenues líneas de abastecimiento, porque la guerrilla -¿impresión o imposibilidad?- se ha lanzado a la selva, a diferencia del Movimiento 26 de Julio, sin el complemento de un aparato urbano de resistencia y ayuda. Pero las dos columnas avanzan hacia el noreste, procurando relevar los ríos y los sistemas montañosos que mejor les sirvan para sus combates y campamentos.
Cuando el 31 de diciembre Monje los visita en Ñancahuazú y les impele a abandonar la lucha, encuentra en Inti Peredo, su hermano y los cinco militantes del Partido Comunista disidente que le acompañaron, la negativa a esa actitud traidora.
Ilustración Musical
FUSIL CONTRA FUSIL - SILVIO RODRÍGUEZ