El Papa Francisco y su invitada, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, disfrutan de su encuentro
en la residencia de Santa Marta en el Vaticano.
La presidenta argentina, Cristina Kirchner, se retiró de la residencia de descanso del Papa luego de un encuentro privado de más de dos horas en el que hablaron con agenda abierta. En una íntima conferencia de prensa, la jefa de Estado destacó que hablaron de "la paz en el mundo" y de "la necesidad de inclusión" frente a un sistema económico que "mata", y resaltó las críticas del Papa al capitalismo financiero. Cristina aseguró que a Francisco "lo desvela la unión de los pueblos de América del Sur". Luego, la mandataria se dirigió al aeropuerto romano de Ciampino para continuar viaje a Francia.
A eso de las 13:00, la jefa de Estado había arribado a la residencia de Santa Marta, ubicada detrás de la basílica de San Pedro en el Vaticano, vestida de negro y con sombrero del mismo color como marca el protocolo de la Santa Sede. Al bajar del auto que la transportaba, la Presidenta fue recibida en la puerta de la residencia por el Papa y luego de un intercambio de regalos y la presentación de la comitiva ambos compartieron un almuerzo. Cristina estuvo acompañada por el canciller Héctor Timerman; el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro; el embajador ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, mientras Francisco estuvo acompañado en la recepción por el secretario de Estado Vaticano, cardenal Pietro Parolin, y el jefe de la Casa pontificia, monseñor Georg Gaenswein.
Cristina le entregó un retrato que muestra al Papa con el padre “Pepe” di Paola; un termo y un Libro del Bicentenario. Lo distintivo para Francisco fue el regalo de una imagen de Santa Rosa de Lima, pintada con vino malbec, que le obsequió a ella –por intermedio de Oscar Parrilli- el artista que la realizó en la última Fiesta de la Vendimia.
Y, el Papa le obsequió una imagen en bronce de José de San Martín y un ejemplar de tapas rojas de la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”, además de entregar rosarios a cada uno de los integrantes de la comitiva argentina.
Ya en el aeropuerto de Roma-Ciampino, Cristina dio detalles de lo conversado con el sumo pontífice durante una conferencia de prensa en la que coincidió con las ideas que Francisco volcó en “Evangelii Gaudium”, a favor de la justicia social y en rechazo a la economía "de la exclusión y la inequidad", la "economía que mata".
La Presidenta se refirió a la preocupación del Papa por la situación de los jóvenes en todo el mundo en relación al trabajo: "Un tema que lo preocupa y lo desvela es la falta de trabajo en el sector de la juventud".
Cristina relató que si bien los conflictos que hay en distintos lugares son geopolíticos, la Argentina "es un ejemplo como país de paz" donde conviven en armonía más de 40 millones de habitantes de distintos credos e ideologías. Destacó además la coherencia que ha tenido el país al momento de votar en los organismos internacionales sobre temas referidos a la economía y a la autodeterminación de las naciones, "en contraposición a lo que hacen las grandes potencias que se presentan como garantes de la paz y cambian el voto" de acuerdo a su conveniencia.
En cuanto a la actualidad latinoamericana, dijo que con Francisco tienen "un lenguaje común", y que el sumo pontífice le recomendó "la necesidad de que la región de América del Sur esté unida". Por otra parte, la jefa del Estado nacional explicó que le trasmitió al Papa Francisco la iniciativa del gobierno nacional para homenajear al padre Carlos Mugica, "con una imagen en la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires en homenaje a él y a los curas villeros" realizada por el artista Alejandro Marmo, el mismo autor del rostro de Eva Perón que se encuentra emplazado en el edificio del viejo ministerio de Obras Públicas (en ese momento de Desarrollo Social).
Luego de despedir a los periodistas, Cristina partió en el avión presidencial Tango 01 hacia París, donde al día siguiente por la tarde participaría del tradicional desfile militar en homenaje a Napoleón Bonaparte junto al presidente de Francia, François Hollande.