El Cura José Gabriel Brochero fue un verdadero testimonio
de su opción por los pobres y los pueblos de la Patria profunda.
Nació en Carreta Quemada, localidad cercana a Santa Rosa del Río Primero, en el norte de Córdoba. José era originario de una familia rural y muy cristiana. Se ordenó sacerdote y presbítero en 1866. Sus primeras tareas pastorales fueron en la catedral de Córdoba durante la epidemia del cólera. Se graduó en filosofía en la Universidad de Córdoba. En 1869 asume el curato de San Alberto, que se componía de unos 10 mil feligreses desperdigados en lugares distantes y perdidos entre sierras y montañas, sin caminos ni escuelas, signados por la pobreza, el desamparo y el olvido.
Su proyecto sacerdotal era la realización de una comunidad que incluyera la vida espiritual sin descuidar el desarrollo económico. En 1875 comenzó la construcción de la Casa de Ejercicios de la Villa del Tránsito (actual poblado que lleva su nombre). Condujo la construcción de 200 kilómetros de caminos, más iglesias y pueblos. Predicador del Evangelio, pero promotor del desarrollo regional y de una educación popular. En 1876, 1883 y 1890 fue miembro de la Comisión Censal de escuelas del Departamento San Alberto. Integró las comisiones de la Escuela Fiscal de Villa del Tránsito, de estudio de un camino de herradura en las Sierras Grandes y construcción del camino carretero entre San Pedro y Altautina. También participó del planeamiento de los caminos de Villa Viso a Posta de los Domínguez, de la cuesta de Altautina (entre San Pedro y Ciénaga de los Allende) y el de Panaolma a Tránsito.
Predica en los pueblos de Tanti, Ballesteros, Soconcho, Mina Clavero, Etruria, Santa Rosa del Río Primero y Arroyito. Viaja en misión pastoral a Santa Rosa y Tucumán, en los Ingenios Santa Ana y Trinidad. Les desea bienestar espiritual y económico a quienes están “abandonados de todos pero no por Dios”, como solía decir. Promovió la realización de oficinas de mensajerías, correo y telegrafía. Pergeñó la carretera a Córdoba –construida en 1904- que iba hasta El Trapiche, pasando por San Roque y Tanti, con una vía al norte a San Carlos, y otra al sur a Villa Dolores y San Pedro, pasando por Nono. Y su proyecto más ambicioso, la construcción del ramal ferroviario que, atravesando el valle de Traslasierra, uniera Villa Dolores y Soto. Por él, llegó a entrevistarse con Juárez Celman, Figueroa Alcorta e Hipólito Yrigoyen.
En 1898 es canónigo en la catedral de Córdoba. Renunció y volvió a la sierra. “Este apero no es para mi lomo, ni esta mula para este corral”, dijo al entregar las insignias de la dignidad. Él decía “Dios es como los piojos, está en todas partes; pero más cerca de los pobres que de los ricos”. En el Museo dedicado a Brochero se lee “Yo soy la corteza de un tronco viejo que sólo sirve para el paso de las hormigas”. Después de morirse, un diario provincial escribió: “Es sabido que el Cura Brochero contrajo la enfermedad que lo ha llevado a la tumba, porque visitaba largo y hasta abrazaba a un leproso abandonado por ahí”. Dejó el curato, forzado, por su quebrantada salud. Murió en su casa del Villa del Tránsito, leproso y ciego, el 26 de enero de 1914.
Su actitud sobresalió por su lucha a favor de pueblos y parajes doblemente postergados, por la situación geográfica –alejados de la capital- y por la incipiente oligarquía provinciana, como por un modelo de sociedad pastoril, ajeno al crecimiento interno, al servicio de los capitales extranjeros, con eje en el puerto de Buenos Aires, con la mirada puesta hacia Europa y de espaldas al país. Fue un verdadero testimonio de su opción por los pobres y los pueblos de la Patria profunda, hay que destacar su amistad con el caudillo federal Santos Guayama, quien fue perseguido hasta ser fatalmente emboscado.
Mucho después, el Vaticano lo declararía venerable como reconocimiento a su obra y vida heroica en Traslasierra. Pero popularmente más se lo recuerda como al cura gaucho, tanto por sus “milagros” en vida, como por su lucha incesante por unir la actitud religiosa con la búsqueda del bienestar de su pueblo.
El papa Francisco (el argentino Jorge Bergoglio) firmó los decretos para la canonización del sacerdote José Gabriel del Rosario Brochero, así como también el de Teresa de Calcuta y el mexicano José Sánchez del Río. La ceremonia será el 16 de octubre y la presidirá el mismo papa Francisco.