José Asunción Flores. Músico paraguayo creador de la guarania, una forma de canción lenta que constituye el género más característico
de la música nacional paraguaya.
“Reguemos nuestra tierra
para que de sus frutos
aunemos este grito
que con el viento oigamos su voz”.
Así comienza Ñemity –La Siembra- una de las obras más conocidas del músico paraguayo y luchador popular, José Asunción Flores. Este artista de formación clásica, pasó a la historia como uno de los más importantes músicos del hermano país y uno de los más destacados de América Latina. Intelectuales y artistas de diferentes extracciones veían en Flores una de las expresiones más excelsas de la música popular de nuestro continente: Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Astor Piazzolla, Nicolás Guillén, Jorge Amado; el poeta español Rafael Alberti, y sus compatriotas Augusto Roa Bastos y Elvio Romero.
Nacido en Asunción el 27 de agosto de 1904, en un barrio de clase humilde de La Chacarita, llamado Punta Carapá. Sus progenitores fueron María Magdalena Flores, de profesión lavandera, y el guitarrista Juan Volta Cornaglia. De niño trabajó de recogedor de cartón y lustrabotas, para ayudar a su madre en las necesidades hogareñas.
En la década de 1920, fue un compositor paraguayo que se alejó de la música académica, para adentrarse en los ritmos de origen guaraní, buscando formas identitarias, que habían sido silenciadas por la colonización española, y los procesos de aculturación, producto de la Guerra de la Triple Alianza, aquella que sepultó un proyecto de desarrollo autónomo y autárquico conducido por el doctor Gaspar Rodríguez de Francia y seguido por Carlos Antonio López y Francisco Solano López.
En 1925, después de experimentar diferentes arreglos con el viejo tema musical paraguayo Maerãpa reikuaase, compuso Jejuí, una composición que era la síntesis de las tradiciones nativas, pero que también contenían elementos musicales clásicos, la primera guarania, la música nacional del Paraguay difundida en el mundo entero. El propósito que lo acompañó en este nuevo género fue identificar el sentir del heroico pueblo paraguayo. Más tarde Flores comentaría acerca de su creación: “La guarania es de mi pueblo, escrita para y por mi pueblo”.
En 1928 se encuentra con el poeta guaireño Manuel Ortiz Guerrero, y después de componer juntos dos trabajos, crean las tres más bellas guaranias: India, Cerro Corá y Panambí Verá.
Él mismo cuenta que su historia musical empezó robando un pedazo de pan de un negocio de las cercanías de la parroquia de San Roque, eso determinó que José fuera a una comisaría y de allí, como "castigo", en carácter de aprendiz en la Banda de Música de la Policía de la Capital y fue estudiante de composición de Félix Fernández y del director Salvador Déntice en el Instituto Paraguayo. Flores egresa en el año 1932 como profesor elemental de violín en el Ateneo Paraguayo (entonces llamado Gimnasio Paraguayo), bajo la dirección de Fernando Centurión y Zayas.
Su música que identifica al todo el pueblo paraguayo, con letras que denuncian la opresión de sus campesinos, escritas con la colaboración de poetas como Carlos Abente, su pertenencia al comité del Partido Comunista Paraguayo y su participación en la guerra del Chaco fueron motivos para la persecución política y el exilio en Buenos Aires, donde escribió la mayor parte de su obra.
El 24 de julio de 1944, la canción India, con letra inicial de Rigoberto Fontao Meza y luego con la definitiva de Ortiz Guerrero fue decretada por el gobierno paraguayo como "canción nacional". En Buenos Aires, Flores también trabajó con música clásica y compuso doce sinfonías. Falleció en Buenos Aires el 16 de mayo de 1972.
La dictadura de Stroessner lo calificó de “traidor a la Patria” y prohibió su retornó, convirtiendo su creación en una forma de resistencia del pueblo guaraní.
A pesar de ello, está presente en la memoria colectiva del pueblo paraguayo. A punto tal que es motivo de conmemoración permanente. Cada aniversario de su nacimiento la comunidad paraguaya residente en la Argentina se reúne y junto a artistas argentinos y paraguayos recrean su magnífica obra, convirtiéndose en una verdadera fiesta popular.