28 DE FEBRERO DE 2001: PASA A DIRIGIR EL RECITAL CELESTIAL JORGE ALBERTO CHIARENZA.
Jorge Alberto Chiarenza el 3 de abril de 1943 (14 años de edad), cuando le trajeron su primer redoblante, practicando en el patio interno de la casa familiar, Guido 2173, Mar del Plata.
Jorge Alberto Chiarenza, músico, compositor y percusionista. Nació en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina, el 29 de julio de 1928. Sus padres fueron Francesco Chiarenza y Prudencia Ameruoso.
El padre, don Francisco había nacido en Siracusa, Sicilia, Italia. Él y sus cinco hermanos decidieron venir a América. Tres de ellos (Salvador, Annunciata –tía Nancy- y Johnny –tío Juancito-) se afincaron en los Estados Unidos y, los otros tres, incluido Francesco, en la Argentina junto a sus hermanos Rosario y José Chiarenza.
El progenitor de Jorge, también fue músico –un excelso trompetista-, arribado a las playas de Mar del Plata aproximadamente en 1922 y estableciendo allí su residencia por elección y –según él- por su semejanza con su Sicilia natal. No es casualidad encontrarlo en otro país que no fuese Italia en los años de triunfo de Mussolini, pues mi abuelo –de quien se trata- era profundamente antifascista, como casi todo italiano inmigrante y gente de bien y de trabajo. Francisco era un adelantado, por esos años, en su posición ideológica, leía a Lenin y enseguida se haría amigo en Mar del Plata de un núcleo socialista, el cual estaba también integrado por el que fuera (en aquellos años) diputado provincial e intendente municipal de Gral. Pueyrredón: Teodoro Bronzini, aunque mi abuelo tenía posiciones más radicalizadas, pero especiales como lo era la de los italianos, que podían ser comunistas y católicos; eran muy frecuentes sus peleas con “San Giuseppe ¡cornuto frecato!”.
Francisco, como se dice vulgarmente –vino con una mano atrás y otra adelante-, de muy humilde condición, ingresó como primer trompetista en la Sinfónica Municipal de Mar del Plata y construyó su “casita” de chapas junto a la vía ferroviaria que unía a “La Feliz” (no tanto para él y su familia) con Miramar, en la calle Guido entre la avenida Colón y Funes (casa ya con otras características, usurpada actualmente por la Sra. Rosa Di Muro, quien no acepta el desalojo por tener un hijo menor).
Francisco se casó con la madre de Jorge, Prudencia, descendiente de bareses, de más antigua data como residentes en la “Perla del Atlántico”. Tuvieron cinco hijos: Ángel (trompetista), José “Cholo” (clarinetista), Rubén (casi acordeonista, pero más orientado hacia el baile de tango; herrero artesanal), Jorge, mi padre y el de “Coco” (baterista) y Elba (casi ladie-crooner), recientemente fallecida la que termina con esta generación de Chiarenzas.
El matrimonio Chiarenza-Ameruoso, junto a sus hijos construyeron en material y con variables avances y retrocesos, hasta dejar terminado el hogar y la herrería adyacente en Guido 2173, hoy ocupada por la ex esposa de un primo que escapó hacia España, dejando a su familia en ese domicilio sin siquiera pedir permiso.
Francisco y Prudencia la pasaron muy mal, sobre todo a partir de la crisis del ´30, donde además a él le roban “el pistón” (así llamaban también a la trompeta, por sus tres válvulas), el que era su único instrumento de trabajo; hasta uno de sus hermanos –residente en Capital Federal- le da la espalda, cuando Prudencia, humillándose, le pide una trompera prestada. De todos modos pudo conseguir otro y alternar con su trabajo de “pintor de brocha gorda” en los ricos palacetes de Mar del Plata.
Ocurre una anécdota destacable en 1933: en la “Ciudad Feliz” había Plaza de Toros en ese entonces y era infaltable la “Banda Municipal”. Don Francesco, en aquellas detestables tenidas de tauromaquia, era el encargado de ejecutar “El gato montés” (paparapá parará pa pa pa papá, parará papá parará papá ♪♫♪♫ ¡Ole!), los que lo escucharon dicen que lo hacía de una manera magistral, digna de un virtuoso como él, lo mencionaban con esas características aun los del periódico oligárquico de Mar del Plata “La Capital”. A una de aquellas funciones asistió el presidente de la República (fraudulento) general Agustín P. Justo y ante aquel sonido que emitían los labios de mi abuelo -que no había escuchado en ninguna arena del mundo, y eso que era viajado el hombre- mandó a llamar al intérprete. Lo alabó y le pregunto qué le hacía falta. TODO, lo material (pobre “Viejo”); pero le pidió que no lo persiguieran más, dada su conocida condición de izquierdista, aunque lo fuera “a la italiana”. Así, nunca más el trompetista virtuoso fue molestado ¿Sería que el ingeniero militar, metido a político anglófilo, se había apiadado al acordarse de que él mismo tenía un hijo ácrata: Liborio Justo.
Y Jorge se fue criando y formando en ese ambiente de padre y hermanos mayores músicos y no podía ser que “el destino” le marcara otra profesión. Cuenta la leyenda que siendo muy niño, su hermano Ángel o tal vez Rubén le tornearon un par de “palitos” como lo que usaba el tamborista de la Banda y se ponía en medio de las piernas la superficie lisa de la plancha de la “Vieja”, ponía fuerte el receptor de radio (la “capillita”) y acompañaba feliz con sus palillos caseros a Feliciano Brunelli y su orquesta.
Refieren que aproximadamente a los nueve años lo acompañaba a su padre, cuando –aparte de la Sinfónica Municipal- tenía que tocar en alguna velada danzante “para los ricos” en el Gran Hotel Mar del Plata y al haber casi siempre en el palco alguna batería armada (ya a la usanza de la orquesta típica de Osvaldo Fresedo, que estaba en la avanzada tanguística), el pibe Chiarenza se iba forjando, de a poco, acompañando a las típicas marplatenses. Pero, recién a los trece años se convertiría en su actividad habitual, y estudiando con el Método de Gene Kruppa –baterista de Benny Goodman y luego con orquesta propia-, admirado con su Slingerland (marca de la batería) por todos los drummers del mundo entero. Era alucinante practicar todo el día con una pelotita de goma, apretándola permanentemente con los dedos pulgar, índice y mayor de la mano izquierda, para ir adquiriendo fuerza y destreza. Pero con el tiempo Jorge Alberto se haría más en el estilo de Buddy Rich (un verdadero monstruo de la batería). Chiarenza llegaría a alturas musicales nada comunes, aún ante la oposición del “Viejo” que pretendía otro instrumento más melodioso para su hijo.
Pero de todos modos, luego se sentiría orgulloso, pues hay otra pequeña historia que cuenta que, al tener su hermana Nancy Restaurante con orquestas en Brooklin, ésta le pidió que le mandara a Estados Unidos al hijo de Francisco que tocaba la trompeta, mi tío Angelito; pero éste ya estaba en otra etapa que la del músico solitario, tenía su pareja y estaban esperando su primera hija (mi prima Liliana). Ante esta alternativa, mi abuelo le contestó a Nancy que no era posible que viajara el trompetista, pero que tenía un hijo menor (mi padre) baterista que podría satisfacer sus requerimientos. Annunciata le contestó que sólo en su barrio había un baterista por Manzana. Francisco, sintiendo que su hermana le estaba despreciando al hijo y no al instrumento, le contestó una carta en esas hojitas finitas que se doblaban por la mitad para vía aérea, llenándosela de “te vas a la puta que te parió, te vas a la puta que te parió, etc.”, así hasta terminar la hoja 4. Quedaron enemistados hasta el fin de sus días.
Como el trabajo de Francisco en la sinfónica marplatense era diurno, y su hijo Jorge Alberto –ya a los 16 o 17 años- tenía su trabajo de músico-baterista en horarios nocturnos, relataban sus hermanos que un día su padre, que era excesivamente severo (así como podía ser tierno y cariñoso), después de la presentación de “Jorgito” en algún lugar de Mar del Plata, lo estaba esperando a “altas horas” de la noche detrás de la puerta de la casa familiar. Cuando “Jorgito” llegó le permitió el acceso con fingida amabilidad, y con un repasador en el antebrazo (forma respetuosa que observaban los antiguos mozos y maîtres) lo hizo sentar en la mesa de la cocina y le preguntó -¿Qué se va a servir el señor?, y con desconfianza Jorgito le respondió –No sé, si hubiera unos fideos… y el “Viejo” comenzó a gritarle lo que le venía a la boca y a pegarle bravamente con el repasador, que más se parecía al tango de Rivero “La toalla mojada”. Parece que este fue el punto final, que decidió al juvenil baterista a dejar Mar del Plata, sabiendo su madre y sus hermanos de su resolución –además sabiendo que iba a estar protegido pues se iba a la ciudad de Buenos Aires a casa de un hermano de su madre Prudencia, el tío Victorio Ameruoso-, el único que no sabía era don Francisco, dado la dureza que había manifestado en los últimos tiempos.
HISTORIA MUSICAL.
1941
Se respeta el título con el que Jorge Alberto Chiarenza dejó testimoniada su extensa actividad musical, y –aunque ya se hayan dada cuenta y haya sido revelado antes al relator- esta síntesis ha sido elaborada por su hijo “El escibidor”, Daniel Alberto Chiarenza, porque seguramente se va a ir intercalando el tratamiento formal con el de “mi Viejo” o “mi Papá”.
Jorge Alberto nace a la vida estrictamente profesional el 13 de diciembre de 1941, contaba con trece adolescentes años. Sería con la orquesta de Arturo Martí en el Club Ciclista y Deportivo General Pueyrredón, con una remuneración promedio de $ 9.- por actuación. Precisamente, por esa época le encantaba armarse una rudimentaria bicicleta de carrera e ir hasta Balcarce, para despeñarse de la sierra. Cierto día casi se mata, literalmente, se le rompió la horquilla en plena bajada.
1942
Para marzo de 1942 alternaba las presentaciones entre el pianista Martí y el director Francisco R. Martins (Rizzo) en el Club Atlético Boca Juniors del Puerto marplatense. En mayo de 1942 comienza a acompañar a Luis Savastano, famoso por la propiedad del Conservatorio en la calle Rivadavia 3431, quien sería nombrado Ciudadano Ilustre de Mar del Plata en la década de los ´90; eran noches de Boite en “Un rincón de Mendoza”. Al mes siguiente con la misma orquesta realiza una actuación en el Club Juventud Unida de Dionisia. Primera gira “interlocalidades” de Chiarenza.
Con la orquesta de Savastano realiza muchas actuaciones en distintos locales de Mar del Plata. En octubre de 1942 realizan una presentación en el Club Rivadavia y Coronel Vidal; en noviembre en el Club Independiente de Dolores. Todo ello, mientras continúan participando prácticamente cotidianamente en los bailes de Mar del Plata.
En diciembre ya ocuparan un espacio en LU6 Radio Atlántica y son como un chico que recién empieza a caminar y cada vez llega más lejos; un día alcanzan al Club Ferroviario de General Madariaga.
1943
En julio de 1943 tendría una presentación en el Club Social de Balcarce.
Al parecer, en diciembre de 1943, aun estando en la formación de don Luis, el sueldo se lo pagaba la Confitería Royalty (15 días).
1944
Hasta junio de 1944 –a un año de la revolución del GOU- duró la relación musical con Savastano, a partir de ese mes pasaría a revistar con Miguel Sebastiani, cuya formación era esencialmente jazzística; allí el doble piano era Domingo Blumetti.
En julio de 1944 con la orquesta de Martínez Alfieri, sólo tocó un día en el Club “Las Chicas” de Vivoratá.
En agosto hizo una actuación con los Merry Boys, donde él mismo era el director con 16 años recién cumplidos y luego continuó con un monstruo (el autor de Cartagenera), Noro Vanella en el Salón Copacabana del Club Kimberley de Mar del Plata.
En octubre continuó con Vanella e hizo un baile en la mutual ferroviaria con Arturo Vallejo.
Ya en noviembre de 1944, varía las orquestas en la que es baterista. Estará en LU 6 Emisora Atlántica con el Quinteto Roy, cuyo director era Atilio Frosina; llegará al Club Aldosivi del Puerto de Mar del Plata de la mano de Noro Vanella y al Club Alvarado de Miramar con Tito Fagnani, hijo de uno de los fundadores de la fideera Fagnani Hnos. (famosa más tarde por los Fideos “Don Vicente”). Para diciembre continuará rotando entre el Quinteto Roy, Noro Vanella y Fagnani.
1945
Desde enero de 1945 ya adquirirá un carácter estable con Vanella. Pero en marzo dejará de ser exclusivo de Noro –que por otra parte era muy amigo del abuelito Francisco-, para compartir formación con José Pedro Locatelli; allí demostrará dotes de bifuncionalidad con la batería y el contrabajo.
En abril también será compartido por tres orquestas: Locatelli, Los Ases (Armando Blumetti) y Ruddy Rey.
En mayo, más o menos igual, nada más que aparece él como director y un tal Martínez, con el que hacían La Peña Gaucha. En junio de 1945 diversifica entre Martínez y Los Ases (que –según la hija de Armando, Silvia Blumetti- serían Los Ases del Jazz).
Con Los Ases estuvo desde julio a diciembre de 1945, es decir bajo la batuta de Armando Blumetti; el primer bandoneón Roberto Tedeschi (Lelio). Este conjunto se dividiría en dos: la típica y la jazz; en la típica oficiaban de cantores, mi tío Cholo (José) y mi Viejo (Jorge), mientras que en la jazz éste era el baterista y Blumetti tocaba el acordeón.
Para noviembre de 1945, Jorge Alberto –oficiando de director- había formado Swing Juvenil. En diciembre de 1945 tocó con Los Ases en la Escuela Nº 11 de El Trío y en los Galpones de la Cooperativa Agrícola con Duhalde-Maffia.
1946
En enero de 1946, aumentaron sensiblemente sus ingresos por su calidad de director en la Swing Juvenil y compartiendo el escenario entre Mar del Plata, Camet y Dionisia, haciendo un circuito regional.
En febrero de 1946, según el tenor que iba dando la época (ascenso del peronismo, y el 24 Perón le ganaría las elecciones irrevocablemente a la Unión Democrática, una mezcolanza de partidos tradicionales entre los que se encontraba –como no podía ser de otra manera- el partido comunista de Victorio Codovilla), aumentó nuevamente sus ingresos, aunque trabajando algunos días de tarde y de noche, con su propia orquesta y el sexteto Pelele.
En marzo, anotó un aumento en las percepciones, pero –de todos modos- ya Mar del Plata le quedaba chica a Jorge Alberto. Era compacto, hermoso, el solo que había logrado del Paso del Tigre (Tiger Rag), seguramente sin haber escuchado la versión original de 1924 de Bix Biederbecke –siempre para lucimiento del baterista-, sino la interpretación de Gene Kruppa de 1936 con el cuarteto de Benny Goodman. A Chiarenza se lo disputaban entre dos orquestas: el sexteto Pelele y Ángel Riera; allí el 2º pistón era Ventrice, en el contrabajo Andreotta y la ladie-crooner era Lita Landi.
ADIOS MAR DEL PLATA; BIENVENIDO A LA CIUDAD DE BUENOS AIRES.
Entre abril y mayo de 1946 concluyó su relación laboral con Ángel Riera, pero estando ya en Buenos Aires, en la Confitería del Molino. Contaba después, que cuando venía en el tren de Mar del Plata a Buenos Aires, estaba atento a todos los movimientos del tren en su golpetear con las vías y en la rapidez o lentitud de su marcha y con ello iba elaborando solos en su cabeza que luego aplicaría en su batería. ¡Era un loco lindo, pero un genio como su coterráneo Piazzolla! Le había dicho adiós a Mar del Plata y aún no había cumplido los 18 años.
Curiosa coincidencia que por aquellos días el General Perón asumiría su primera presidencia con su promesa, verificada en la realidad, de cada vez mayor prosperidad para los sectores populares y medios. Jorge reinicia su actividad en “la reina del Plata” con la orquesta de Harry Glasberg, tanto en la ciudad de Buenos Aires, como en Munro.
En la Capital argentina, fue acogido en el hogar de su tío Victorio Ameruoso (hermano de su madre) y su esposa, la tía Josefina. El domicilio exacto era Ayacucho 1007 (no recuerdo si segundo piso, que era desde donde –a pesar de ser propietario- oficiaba como una especie de portero), era una esquina cuya intersección era la calle Charcas (hoy, Marcelo T. de Alvear). La tía Josefina era la que aplicaría sus artes de “Celestina” en la relación que sobrevendría, tiempo después, entre mi padre y mi mamá, Inés Celia Simini, la hija del zapatero modelista de mitad de cuadra.
Con Perón en el gobierno (dicho por Feliz Luna pero en un sentido irónico, como el de “pura joda”)… “El país era una fiesta”. Nunca mi “Viejo” percibiría tales haberes. Si bien los primeros días estuvo con Glasberg, luego lo esperaba el Salón La Enramada, en Palermo, con la orquesta de César Bo; aunque también asistirían como lugar de actuación a la Confitería La Paz en las Barrancas de Belgrano. Así, Chiarenza compartiría toda su vida entre el pueblo llano, los cajetillas y los tilingos (por ahí hoy le llamaríamos caceroleros o lectores del diario Clarín y de zócalos de TN, que creían estar en un estrato social superior, pero culturalmente nunca dejaron de pertenecer a rangos más bajos, con una presumida afectación y copia de lo verdaderamente aristocrático, todo un “mamarracho”). Pero lo más auténticamente popular era –como diría Chico Novarro: “… cuando la noche era un festín de taco y de carmín en La Enramada. Sin conocerse aún, allí concurría el que sería su concuñado, Armando Lento, futuro esposo de mi tía Julia, hermana de mi madre. Armando buscaba allí lo que no encontraba en otros salones: la alegría inigualable de las chicas.
En julio de 1946, si bien continuaba con César Bo, combinaba las actuaciones con Eduardo Farrell y con Dante Amicarelli e iba ampliando su espectro geográfico al Gran Buenos Aires (clubes de barrio de la periferia capitalina y otros de Avellaneda, Gerli, Sarandí, Temperley) y ya llegaría, también a la principal emisora de radio: LR3 Radio Belgrano. También, como cuando se encontraba en “La Feliz”, harían fiestas particulares, sobre todo en la zona de Olivos, donde había otro poder adquisitivo. Ya estaban entre sus compañeros de orquesta: Granata y Toscano (trompetistas) y Dato (primer saxo alto).
Termina esta etapa inaugural en septiembre con el director Roberto Grela; además de proyectarse en el Dancing Marabú, viajarán a Victoria y Chivilcoy.
Hasta noviembre su permanencia con Grela en el Marabú sería una constante; hasta que a mediados de ese mes actúa alternativamente con Enrique Bayardo.
El primer día de diciembre volvería a Mar del Plata con la orquesta Vignola-Salinas, al día siguiente retorna a Buenos Aires, haciendo un hiato de continuidad con Bayardo y trabajando un par de días con Eduardo Armani. Ese año 1946 sí había sido prolífico, más que duplicando los ingresos del año anterior, y superando la localía con agrupaciones musicales de nivel nacional.
1947
A partir del nuevo año de 1947 se encontraría integrando siempre la orquesta de Enrique Bayardo y el lugar de actuación predominante era el Tabaris. En febrero se le presentarían algunos bailes con el Cuarteto Cruz del Sur.
Desde aquí en adelante para mi padre, entre la radio, las confiterías vespertinas, los dancing nocturnos, algún varieté en el cine y ya vendrían las grabaciones en Estudio, resultó cierto aquel dicho que parafraseaba a la Teoría de Williams que decía que “Música es el arte de combinar los sonidos”, para mi Viejo y casi todos los músicos de esa época: “Música era el arte de combinar los horarios”. En marzo estuvo el LR2 Radio Argentina con los Ases Porteños. En el mes siguiente, además de todo su trabajo, hizo una presentación con Tito Colom (Ray Nolan) en la Boite Chaumiere.
Desde mayo intercaló las presentaciones entre Bayardo y Ángel Riera, con éste solían actuar preferentemente en la emblemática Boite La Cigale. Hacia mediados de octubre pasó con la orquesta de Riera de La Cigale al Night Club Morocco. En diciembre actúa con tres orquestas: Ángel Riera, Frank Trigueras (en Radio Splendid) y Vito Bonny (en Mar del Plata).
1948
Entre enero, febrero y la primera semana de marzo de 1948 actuó junto a Vito Bonny en el Hotel Hurlingham de Mar del Plata. Volvió a Buenos Aires donde tocó con Joe Ríspoli, yendo en carrera alocada del Richmond de Suipacha a la Confitería Sans Souci; ese mismo mes compartió Radio Argentina con Willy Barg y estuvo en la Boite Empire con Tony Gal.
Entre abril y mayo de 1948 estuvo con la orquesta de Joe Ríspoli en la provincia de Mendoza. Ya destinos lejanos comenzaban a convocarlo. Retomó en junio en Buenos Aires donde fue variando en el número de bandas en las cuales actuaba: El Príncipe Negro (director, Raúl Sánchez Reynoso), Ríspoli y la Santa Paula Serenaders en el Richmond de Esmeralda.
El primer día de julio –y por algún tiempo-integraría la Harrison’s Tropical, con Vanella en el clarinete y Nora Carroll como lady crooner. Armonizaba la obligación de trabajar (porque dependía la orquesta, a veces soportaba una verdadera tortura) con el sueño de todo músico de jazz de esos días, en forma voluntaria iban a LR4 Radio Splendid donde tocaban sin cobrar un peso, por el gusto a la jam session (más adelante fue “zapada”), en “Jazzlandia”. En ese mes sólo se alejó una noche de Buenos Aires, para hacer un baile en Luján; también actuó con Nino Maletti en el Dancing Novelty. Combina sus actuaciones con Harrison –algo así como “el fijo”-, con Frank Trigueros, Pascual Roca, Carlos Esteban (Club Dixieland), Nico Carballo, Lewis Varona, Raúl Brujis y Cortez-Alcuaz (Confitería Rucá).
Durante, septiembre, octubre noviembre y primeros días de diciembre del ’48 tuvo cierta estabilidad con Nico Carballo (desarrollaban sus actuaciones entre el Richmond de Esmeralda, la Boite La Coupule y Radio Splendid). A partir de la última fecha adquiriría un ritmo vertiginoso –tanto el que creaba, como en el que él vivía-; a partir de allí serían las orquestas de Nino Maletti, Vito Bonny, Carlos de Palma, Dante Leone,, Guillermo Carrasco, Sanders Jazz, Trio Cuba.
1949
En enero de 1949 continuaba su infidelidad musical a los directores; iba desde Vito Bonny (en el Richmond de Suipacha y Esmeralda) hasta la Harrison’s tropical (por lo general en el Tabarís). En febrero del ’49, por lo menos en la agrupación musical que se desarrollaba, fue constante: Vito Bonny. Ese mes graba en RCA Víctor “Hoy la cosa es diferente”, una guarachita.
Todo marzo y los primeros días de abril fueron para Vito Bonny. Luego de un baile con Rosell Ambrós, debió viajar a Mar del Plata procurando que su padre, don Francisco, le firmara la autorización para viajar al exterior del país, pues aún no había cumplido los 21 años y casi sobre fin de mes se marchó con Joe Ríspoli a Santiago de Chile. Durante todo mayo se mantuvo con este director en la capital chilena, distribuyendo sus alocados días entre el Club Nocturno, el Teatro y la Radio Prat. Al parecer mucho no le agradó esta primera experiencia en el país trasandino, pues al llegar a la Argentina, se hincó y beso la tierra de origen.
Al volver –con la frente marchita- en junio de 1949, alternó entre las orquestas de Enrique Bayardo, Joe Ríspoli y Carlos Mendiara con Rosita Lara (en la Boite Montecarlo).
En julio de 1949, viajó a Santa Fe con Los Sureños y estuvo en la Confitería City Bar, donde se mantuvo todo el mes, triplicando al sueldo de Buenos Aires.
En agosto retornó a la ciudad de Buenos Aires y anduvo –fugazmente- por Vicente López y Avellaneda. Tocó para las orquestas de Joe Ríspoli, Eduardo Murature, Los Sureños, Hawaiian Serenaders y Vito Bonny, con el que terminó el mes en el Salón Les Ambassadeurs, en Palermo, en una fiesta para los estudiantes de Ingeniería.
Con Los Sureños tocaba la guitarra eléctrica (la vieja Epiphone Broadway) Héctor Condró que estaba casado con la ladie crooner del mismo grupo, Evelyn, y mi “Viejo” cantaba y tocaba la “bata” con el seudónimo de Jorge Alberti (hasta eso le tuvo que copiar el payaso ese el año siguiente, que es cuando se iniciaría); en el piano se desempeñaba Julio Rivero Roca, que estaba casado nada menos que con Nélida Roca –una de las pocas que fue ciertamente vedette, por más “durita” que fuera”-, a quien denominaban “La Venus de la Calle Corrientes”.
En septiembre hace un solo baile en Buenos Aires con la agrupación de Don Mickey y luego estaría con Eduardo Murature –hasta fin de octubre- en la Boite del Casino de Mendoza.
En noviembre continuaba con la misma orquesta, pero los lugares a los que asistirían serían innumerables, entre los que predomina la Confitería Nobel y LRI Radio El Mundo.
1950
Recién en abril de 1950, combinaría sus actuaciones entre “el fijo”, que era Murature, Tito Kreig y Ángel Almoslino.
Todo mayo transcurriría entre Eduardo Murature, tocando –por ejemplo- solidariamente en La Casa de la Empleada; Ángel Almoslino (cuyo seudónimo era Ángel Dixon), Ángel Riera y Tito Kreig. Las presentaciones se imbricaban entre Radio El Mundo, El Marabú, Estudios Emelco para discos TK (dos temas: “La Mucura” y “Alacrán”, Boite Morocco, Automóvil Club Argentino (ACA). En junio, repetiría la historia entre Ángel Riera, Tito Kreig y Eduardo Murature, con el que graban para discos TK: “El Bichito” y “Soy el Rumbero”. También actuaría con Murature en el Cine Pueyrredón de Flores.En julio recomenzaría con Vito Bonny en la Confitería Ruca, y al promediar el mes se iría para Mendoza con Murature, transitando desde la Villa Hipódromo a una permanencia constante en la Boite del Casino, donde permanecería hasta fines de septiembre; allí visitaría, en varias ocasiones, LW2 Radio Aconcagua y "ad honorem tocarían con Eduardo en Casa Arteta de la Secretaría de Trabajo y Previsión de la Nación y en la Penitenciaría de Mendoza. Al volver a Buenos Aires actuaría con la orquesta de Carlos Mendiara y Rosita Palma, Ángel Almoslino y Carlos de Palma.En octubre sumará a Murature, otra vez a Almoslino, Mendiara y y Don Filinto.En noviembre dividiría su participación entre Eduardo Murature y Vito Bonny, agregando a Castrito. Eran casi cotidianas las presentaciones en LR1 Radio el Mudo y la Boite Empire.En diciembre de 1950, finalizando el Año del Libertador General San Martín, hasta el 20 estaría en Buenos Aires con Castrito, Olga Socarrás (con quien tocaría las tumbadoras), Fernando Roca. A partir de la última fecha se mudaria transitoriamente -como casi todos los años- a Mar del Plata integrando la orquesta de Miguel Maiman en la Boite Montparnasse.1951
El 28 de enero participaría voluntariamente de la Jam Session de la Rambla del Casino marplatense en un gran Festival de Jazz.
LA ERA BARRY MORAL.
(Continuará)