Liborio Justo, aún con sus 101 años, el revolucionario con la cabeza llena de utopías románticas.
Liborio Justo nació el 6 de febrero de 1902; escritor y teórico político. Usó el seudónimo de Quebracho para escribir sus textos políticos, y el de Lobodón Garra para la narrativa, en su denodada pelea por eludir la fatalidad del apellido y el linaje, de ser el hijo de un militar genuflexo al poder imperial.
Fotografía de Liborio Justo en Nueva York en la Crisis económica de 1930.
Fotografía de Liborio Justo en Nueva York en la Crisis económica de 1930.
Hijo del general argentino Agustín P. Justo –presidente anglófilo y fraudulento, emblemático de la Década Infame-, que gobernó expresando su conservadurismo en lo político y social, aunque liberal en lo económico.
La Reforma Universitaria fue la primera experiencia política de Liborio, con un pasaje previo y fugaz por la Liga Patriótica, que fue lo único que hizo para no decepcionar a su padre. Desde joven, militó durante un corto período en el Partido Comunista. Estando en Estados Unidos, conoció a trotskistas y al grupo de Oelher, a quienes adhirió durante parte de su vida. Dentro de ese esquema ideológico fundó la Liga Obrera Revolucionaria.
En noviembre de 1936 publicó en la revista Claridad una Carta Abierta donde renegaba del estalinismo, acusándolo de antirrevolucionario. En la recepción de su padre al presidente Franklin Roosevelt en 1936 –siendo éste el primer presidente norteamericano que visitaba la Argentina-, Liborio levantó su voz de protesta al grito de “Abajo el imperialismo yanqui”. Desde allí permaneció a la fantasía romántica de nuestros antepasados, quienes contaban en las sobremesas las “pequeñas” historias que no se decían en la escuela o colegio, y de allí se fue transmitiendo de padres a hijos, casi como una letanía del pensamiento libertario, con la fuerza de la idea de aquella rebeldía, principista y utópica de una época.
Liborio en la época de su destacada militancia trotskista.
El día de aquel famoso grito, Liborio se había introducido en el lugar que Justo (padre) recibió a Roosevelt en el último piso del Congreso, gracias a una invitación que le había pedido a su madre Ana Bernal de Justo, hija de otro general que había participado en la Campaña al Desierto.
Partidario de la IV Internacional (trotskista), editaba un Boletín de Información que hacía campaña por la unificación de las distintas facciones de ese marxismo en la Argentina. Para ello desarrolló una importante praxis unificadora. Había organizado una primera conferencia y un primer reagrupamiento el 7 de noviembre de 1937. Finalmente, también criticó a Trotsky y se transformó sólo en un librepensador marxista.
De su padre, que había sido blanco de sus críticas más feroces, siempre aclaró que no había sido su enemigo, pero que sí lo era del sistema que representaba el viejo general conservador.
Fue autor de una extensa obra bibliográfica y se peleó con prácticamente todos los que tuvo en la mira, a izquierda y derecha, tanto en la política como en la literatura.
El mapa de lecturas que nutre al joven Justo incluye tanto a Sarmiento y Alberdi (Facundo y Las Bases son libros fundacionales para él) y pronto, luego de las lecturas de Ingenieros y Unamuno, sobrevendrá la iluminación marxista. Lenin, pero más Trotsky.
Partidario de una revolución marxista en Argentina y su ideal era que América Latina se llamase Andesia, el mismo término que empleó el poeta chileno Vicente Huidobro para denominar a la alianza de países latinoamericanos para frenar la hegemonía estadounidense.
Vivió doce años como ermitaño en las islas del Ibicuy.
Vivió doce años como ermitaño en las islas del Ibicuy.
Trotsky, el Che y Perón pasaron por su trituradora, al igual que Cortázar, Borges, David Viñas, Sabato, Puiggrós y otros. Pero fue admirador de Horacio Quiroga, hasta que se desencantó.
Una de sus prosas, autobiográfica, es Prontuario. Otra es Río Abajo. Esta última es una de las fuentes de inspiración del film El sueño del perro (2007), del cineasta argentino Paulo Pécora.
"Nuestra patria vasalla", "Bolivia: La revolución derrotada", "Pampas y lanzas" y "Estrategia revolucionaria" son algunas de sus principales obras.
"La tierra maldita", colección de cuentos de ambiente patagónico.
Trabajó como peón de obraje en Paraguay, se ofreció como voluntario para trabajar de obrero en la URSS, se embarcó en un ballenero finlandés, cazó ballenas en las Orcadas y renos en la bahía de Gritviken y vivió doce años como ermitaño en las islas del Ibicuy, en Entre Ríos. Liborio a los 99 años y su hija.
Para casarse debió fugar al Uruguay con su novia judía, Nina Dimentstein, que sería la madre de sus tres hijos y la compañera de toda su vida.
Ilustración Musical
BIEN BOHEMIO - JULIO SOSA