La efeméride -aunque polémica- recuerda aquel 2 de septiembre de 1587 cuando zarpó del fondeadero del Riachuelo, que hacía las veces de puerto de Buenos Aires, la carabela San Antonio, al mando de un tal Antonio Pereyra, con rumbo al Brasil.
Ahora, ¿qué tiene que ver una exportación, que es un acto eminentemente comercial, con la industrialización? Tal vez pudiera ser aceptable pero siempre y cuando el material exportable no fuera de la fase primaria, extractiva, de la economía o tuviera “cambios” muy rudimentarios. Para que un producto sea industrial, necesita de un valor agregado importante de TRABAJO que permitiera una transformación de la materia prima en algo claro y distinto (como los pensamientos en filosofía) de la substancia en bruto original por una “nueva” en la que sea perceptible la mano de obra humana.
SECTOR SECUNDARIO: las actividades de este sector transforman las materias primas en productos elaborados.
Saquemos conclusiones, entonces, si es apropiado a esta jornada llamarla el Día de la Industria:
SECTOR SECUNDARIO: las actividades de este sector transforman las materias primas en productos elaborados.
Saquemos conclusiones, entonces, si es apropiado a esta jornada llamarla el Día de la Industria:
Ese día, en 1587, salió del puerto de Buenos Aires -rumbo a Brasil- la primera exportación de productos “elaborados” (es muy importante, también, tener en cuenta el instrumento de producción), pero tal vez dentro de una mecánica feudal-artesanal de “transformar” materia prima en valor de uso y no de cambio. Eran tejidos y bolsas de harina provenientes de Tucumán, que habían sido “obtenidos” en su punto artesanal en Santiago del Estero.
Bolsas de harina más rudimentarias que las utilizadas actualmente.
Durante la primera presidencia del General Juan Domingo Perón, la conmemoración del Día de la Industria fue trasladada al 6 de diciembre por considerarse que el 2 de septiembre recordaba –simplemente- un hecho comercial. Además, según denunció Ramírez de Velasco, gobernador de Tucumán en 1587, dentro de las bolsas de harina se encontraban camufladas barras de plata del Potosí –la cocaína de la época-, cuya exportación estaba, lógicamente, prohibida. Entonces, la “primera exportación argentina” encubrió un acto de contrabando o comercio ilegal.
Así que, el 6 de diciembre de 1946, cuando en el emplazamiento que usaba la Sociedad Rural de Palermo se inauguró la Exposición de la Industria respondía más a criterios contemplados y fundamentados en el decreto del 12 de septiembre del mismo año en el que se proclamaba en esa primera semana de diciembre el Día de la Industria Argentina.
Día de la Industria Argentina durante el primer peronismo, mostrando los avances en siderurgia, considerada la industria de las industrias.
En 1937 la U.I.A. comenzó a conmemorar cada 2 de septiembre, debido a que el 31 de julio de 1931 el Consejo Nacional de Educación resolvió adoptar, para establecer el día de la industria, la fecha del 2 de septiembre, porque en tal día de 1587 se realizó el primer embarque de productos manufacturados nacionales –aquí también podríamos hacer una digresión de porqué manufacturado no es igual que “maquinofacturado”- con destino al exterior. La resolución del Consejo ordenaba imperativamente fijar para todas las escuelas de su dependencia ese día para referirse a ese suceso en la fecha indicada.
Edificio histórico Unión Industrial Argentina en Avenida de Mayo 1147/57.
Edificio histórico Unión Industrial Argentina en Avenida de Mayo 1147/57.
Revisemos: indubitablemente el decreto que rememora al 2 de septiembre tiene un carácter más comercial que industrial. Es, al menos, discutible, pues siguen afirmando que lo que se recuerda es el hecho de que las mercaderías que se exportaron fueron objeto de transformación industrial en el territorio argentino.
Perón creyó encontrar una mejor fundamentación para fijar como día de la industria el 6 de diciembre de 1793, es la fecha en que el doctor Manuel Belgrano fue designado secretario del Consulado y su gestión en ese cargo se caracterizó por la promoción del progreso industrial, facilitando y favoreciendo la adquisición de maquinaria e instrumentos de trabajo. Fue enérgico propulsor de una nueva política económica, difundida desde el periódico el Correo de Comercio. Manuel Belgrano es nombrado secretario del Consulado de Buenos Aires el 6 de diciembre de 1793. Es más racional decretar ese día como el de la Industria Nacional.
Belgrano defendió la necesidad de liberar las fuentes de la producción de las trabas y privilegios que las mantenían estancadas, tal como instruía el liberalismo en boga de la época. Reclamó la libertad del labrador, del artesano y del comerciante; demostró el porvenir de los cultivos de cáñamo y de lino; se propuso reorganizar la educación pública y sostuvo la necesidad de promover el comercio interior mediante la construcción de caminos, canales y puertos. Fue efectivamente, quien enunció por vez primera la obra de transformación material y espiritual que requería el país. Imposible negar lo justiciero del homenaje peronista.